domingo, 11 de marzo de 2012

Carlton Banks, el auténtico Príncipe de Bel Air

Comienzos de la década de los 90. Los Estados Unidos añoran la era Reagan, se conforman con el segundón George H. W. Bush y en el ambiente empieza a notar una infame y más que segura vuelta de los demócratas a la casa blanca. Ni Iraq podrá evitarlo. El auge de las series de negros va a encontrar su cenit cuando un exitoso rapero, graciosete, infantil, inofensivo, de ropajes fosforescentes y clase baja de Filadelfia es mandado por su gritona mamá a la costa oeste, a vivir en la casa de sus tíos millonarios en el lujoso barrio de Bel-Air, Los Ángeles, y estudiar en un elitista colegio de pago como castigo por meterse en líos. Vecinos de Reagan, por cierto. Nadie como las madres solteras de color del extrarradio de la ciudad con nombre de queso de untar para aplicar castigos ejemplares...

Alfonso Ribeiro, el jodido amo de Bel Air. Un auténtico Reaganauta.


Will Smith no tuvo ni que adoptar un nombre ficticio para su personaje en Fresh Prince of Bel-Air en un alarde de marketing digno de alguna mente preclara de la escuela reaganauta. Hasta se le proporcionó un papel a su dejay habitual, DJ Jazzy Jeff (Jazz). Nada hacía sospechar, cuando apareció en escena el relamido y estirado proyecto de estudiante de Princeton de su primo Carlton Banks, que la serie acabaría en no mucho tiempo girando alrededor de lo que convirtió en un inesperado y entrañable dúo cómico: el protagonizado por el irresponsable Will Smith y el responsable pipinais y acartonado Carlton, al que daba vida el polifacético Alfonso Ribeiro.

Alfonso Ribeiro, pura escuela Reaganauta

Si bien entre el público a nivel global que obtuvo la venerada serie Alfonso Riveiro resultaba todo un desconocido, en EEUU el actor de origen trinitense ya había dado muestras de su ambición y espíritu emprendedor (un ansia que ya de adulto le costaría algún que otro problema con los hidratos y las grasas saturadas).

Con tan solo 10 años, este precoz todoterreno del mundo del espectáculo alcanzaría el éxito de la mejor manera en que podía hacerlo un niño por aquel entonces, de la mano de Michael Jackson. Sin duda Alfonso fue pionero aprovechando la buena relación de Jacko con los infantes. Nuestro pequeño héroe bailarín, que ya había alcanzado por aquel 1984 su estatura adulta, supo relegar al rey del pop a un segundo plano (como tantas veces haría luego con Smith) en un anuncio de la marca de refrescos Pepsi.


El prepuberal Alfonso, consciente de que el éxito no consiste tanto en llegar sino en mantenerse y, sobre todo, to make money ,supo cual Carlton Banks, elaborar un análisis DAFO de la situación e iniciar su aventura empresarial antes de cambiar los dientes de leche. Gracias a la desregulación laboral y empresarial de nuestros adorados años 80, Ribeiro no tuvo mayores problemas para convertirse en un joven emprendedor y pudo sacar al mercado un curso de baile paso a paso en VHS,  Alfonso Ribeiro's Breakin' & Poppin' , donde enseñaba a los jóvenes a marcarse los pasos que a él le llevaron hasta Michael y hasta el consecuente éxito.


Vista la capacidad expresiva y la gran iniciativa de Alfonso, y sus ilimitadas capacidades como bailarín, actor, estrella infantil, productor audiovisual junior, empresario y piloto de carreras, se explica no sólo su progresivo aumento de protagonismo en El Príncipe de Bel Air, sino el mismo éxito de la serie. Pero muchos de ustedes se preguntarán: ¿qué ha pasado con Alfonso Ribeiro? ¿Qué ha sido de Carlton Banks? ¿Se puso tan gordo? ¿El fin de la serie acabó con su carrera?

Para responder a estas preguntas empezaremos por decir que sí, se puso bastante gordo, pero ha conseguido controlar su peso (no descarten que algún día de estos publique una serie de DVDs para ayudar a perder peso). En cuanto a las demás preguntas, la respuesta es clara: nada más lejos de la realidad. Pese a que gran parte de su actividad no ha llegado a cruzar el charco y tampoco le ha importado escapar de los focos para no tener que imitar a Carlton en cada acto público, Alfonso Ribeiro sigue disfrutando del éxito. A sus múltiples aptitudes ha sumado las facetas de director y productor de éxito, presentador de concursos, o realizador de cameos. En una última demostración de visión de marketing, supo sacarle rendimiento económico a su gordura apareciendo en un anuncio de McDonalds.

Pero todo esto se queda bastante pequeño en comparación con un último dato. Y es que Alfonso Ribeiro no sigue teniendo éxito, sino que además lleva una vida sentimental desenfrenada y llena de rubias blanquitas. Tras romper su matrimonio en 2006, se le relacionó sentimentalmente con la rubia actriz porno y stripper Ashlynn Brooke. Así que sigan ustedes idolatrando a Will Smith, el gurú se queda con Carlton (y sueña con Hilary).



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